HADES: DIOS DEL INFRAMUNDO

Introducción al dios Hades

Hades es una de las figuras más enigmáticas y temidas de la mitología griega. Hermano de Zeus y de Poseidón, su dominio se encontraba bajo la tierra, en el misterioso y sombrío reino de los muertos. A diferencia de otras deidades olímpicas que gozaban de culto abierto y templos numerosos, Hades era venerado con respeto y cierto temor, pues su sola mención evocaba la inevitabilidad de la muerte.

Genealogía y parentesco divino

Hades era hijo de Cronos y Rea, perteneciente a la primera generación de dioses olímpicos. Tras la derrota de los titanes, él y sus hermanos se repartieron el cosmos: Zeus recibió el cielo, Poseidón el mar y Hades el inframundo. Aunque su nombre se asocia con lo oscuro, era considerado un dios justo y necesario, garante del equilibrio entre la vida y la muerte.

El reino de los muertos

El Hades, nombre que designa tanto al dios como a su dominio, estaba dividido en regiones según la vida que cada alma había llevado. Los Campos Elíseos ofrecían paz a los virtuosos, mientras que el Tártaro era reservado para los castigados eternos. El Estigia, el Aqueronte y otros ríos míticos marcaban los límites del tránsito hacia este reino, donde Caronte, el barquero, transportaba a las almas a cambio de una ofrenda.

Iconografía y símbolos

Hades suele ser representado con barba oscura, expresión severa y un casco que lo hacía invisible, regalo de los cíclopes durante la Titanomaquia. Su cetro y la llave del inframundo simbolizan su autoridad absoluta. Otro símbolo inseparable es Cerbero, el perro tricéfalo guardián de las puertas del inframundo.

Perséfone y el mito del rapto

Uno de los relatos más célebres relacionados con Hades es el rapto de Perséfone, hija de Deméter. Al llevarla consigo al inframundo, se estableció el mito que explicaba el ciclo de las estaciones: cuando Perséfone permanecía con Hades, la tierra se volvía estéril, y cuando regresaba con su madre, la naturaleza florecía nuevamente. Este mito refleja el vínculo inseparable entre vida, muerte y renacimiento.

Culto y percepción en la antigüedad

Aunque no contaba con tantos templos como otros dioses, Hades era reverenciado en rituales funerarios y en prácticas de necromancia. Los griegos solían evitar pronunciar su nombre directamente, recurriendo a epítetos como “el invisible” o “el rico”, aludiendo a las riquezas minerales que se encontraban bajo la tierra.

Hades en la cultura posterior

El dios del inframundo trascendió la mitología clásica, apareciendo en la literatura latina, el arte renacentista y las interpretaciones modernas de la cultura popular. Su figura, muchas veces distorsionada como un equivalente del diablo, mantiene un aura de misterio y fascinación que sigue vigente hasta nuestros días.

Conclusión

Hades, más que un dios de terror, encarna la justicia implacable de la muerte y la continuidad del ciclo natural, siendo uno de los pilares fundamentales de la cosmovisión griega antigua.

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